Existen investigaciones sobre los efectos que tienen las vacaciones sobre la salud que concluyen que sufriríamos menos enfermedades si tomáramos nuestras vacaciones en lapsos cortos y frecuentes.
Se recomienda que se tomen al menos dos o tres periodos de vacaciones de entre ocho y diez días por año. Las clásicas “escapadas” de fin de semana también son positivas, de acuerdo con la investigación, que además asegura que “en vacaciones debemos encontrarnos a nosotros mismos en lugar de perdernos“, y que habría que hacer actividades que aporten cosas que normalmente faltan en nuestras vidas, ya sea saltar en paracaídas para personas que llevan una vida rutinaria, o salir al campo en el caso de sujetos que pasan todo el año en una gran ciudad.
Otro estudio científico, revela que las quejas por salud suelen surgir a las dos semanas de volver de unos días de descanso, es decir, cuando comienzan a desaparecer los síntomas positivos que producen las vacaciones.
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