Las cajas rurales temen que el Gobierno las fuerce a una fusión
El Ejecutivo ha admitido que está estudiando cambios legales en el sector
El 13 de enero pasado, el ministro de Economía, Luis de Guindos, explicó en el Congreso que se habían cambiado los órganos de gobierno de las cajas “para evitar los errores del pasado. Como último eslabón de la reforma de las entidades, les anuncio que el Gobierno realizará en los próximos meses una actualización del régimen jurídico de las cooperativas de crédito”.
"Si se llegara a la conversión en banco, preferiríamos vender nuestras cajas", aseguran desde el Grupo Caja Rural
Ahora, dos meses después, fuentes de Economía admiten que se han iniciado conversaciones con el Banco de España para llevar adelante algunos cambios jurídicos en las cooperativas. Estas entidades tienen una cuota de mercado en el negocio del 6,5% y han sobrevivido a la crisis sin grandes problemas.
Sin embargo, los cambios inquietan en el Grupo Caja Rural, el mayoritario del sector, compuesto por 28 entidades de toda España. Representan el 42% de los activos de las cooperativas de crédito, con 2.355 oficinas y 8.141 empleados. Los otros grandes jugadores son Cajamar (el 32% del sector), y Caja Laboral Popular, el 18,2%. Fuentes del Grupo Caja Rural consideran que los cambios legales que prepara el Gobierno pasan por empujar a una fusión o una asociación de gran parte del sector, algo que consideran inaceptable porque pondría en juego su modelo de negocio y su viabilidad. Estas fuentes creen que lo que barajan las autoridades es seguir el mismo proceso realizado con las cajas de ahorros para que no se repitan los problemas de éstas y para unificar un sector atomizado. El primer paso sería, según estas fuentes, constituir un Sistema Institucional de Protección (SIP o fusión fría) para llegar después a una fusión formal que termine en la bancarización del sector. Incluso creen que el final del viaje es la salida a Bolsa.
Algunas fuentes apuntan que se busca integrar a Cajamar con el resto de cooperativas
“Si se llegara a la conversión en banco, preferiríamos vender nuestras cajas a los bancos porque este camino es la muerte de nuestro modelo”, apuntan. Defienden su estrategia por el éxito de la experiencia española (“atendemos a seis millones de clientes del mundo rural evitando su exclusión financiera”, apuntan) y recuerdan que este modelo funciona sin problemas en Francia (Crédit Agricole y Crédit Mutuel), Alemania, Austria, Holanda, Finlandia y Suiza. No obstante, admiten que deben adaptarse a los tiempos “y adoptar un enfoque más operativo en la toma de decisiones, reforzar los fondos de insolvencias y la centralización de áreas como la de comercialización del capital y mejorar el gobierno corporativo”, entre otros.
Otras fuentes del sector apuntan que con esta fusión se busca integrar a Cajamar con el resto de cooperativas “lo que podría traer problemas a todo el grupo”. Tras un fuerte crecimiento, Cajamar agrupa a 18 entidades, con una tasa de morosidad del 17,15% por la fuerte inversión en el sector inmobiliario. En los últimos 12 años ha crecido un 175% en oficinas, hasta tener 1.349. El resultado bruto ha crecido un 1,3% y el neto un 54%.